A 23 años del decreto que declara esta zona como área natural protegida.
Martes 07 Noviembre 2017
El Cañón de Santa Elena conmemora este día el Vigésimo Tercer Aniversario del decreto por el que se le declaró área natural protegida.
El decreto para la protección de flora y fauna de esta reserva, que se ubica entre los municipios de Manuel Benavides y Ojinaga, con una superficie de 277 mil 209 hectáreas, se emitió el día 7 de noviembre de 1994.
Al respecto, la secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, Cecilia Olague Caballero, indicó que la finalidad es cuidar y proteger el desierto chihuahuense, en donde se albergan especies de distintos tipos de vegetación como el matorral desértico micrófilo e inerme, pastizales, bosques de encino y encino-pino, vegetación riparia (de la ribera del río), entre otros.
Además, dijo, cuenta con diversidad de especies de flora y fauna silvestres, como son las cactáceas roca viva y pitaya en la Sierra Rica, que presentan condiciones micro-climáticas diferentes y por ende, características ecológicas únicas.
En el área existen asociaciones de matorrales de guamis, hojasén, mariola, cenizo y guayacán, mezclado a veces con elementos espinosos como el mezquite, los gatuños y el huizache.
En lo que respecta a su fauna, la habitan especies como el gato montés, el gavilán palomero, el gavilán pajarero, el halcón de la pradera, el castor, el búho enano y el venado.
La importancia de esta declaración como área natural protegida del Cañón de Santa Elena, reside en la oportunidad de poder preservar este tipo de ecosistema, y de evitar que sufra perturbaciones que pongan en peligro a algunas especies de flora y fauna, y que permita a los chihuahuenses continuar obteniendo los beneficios y recursos que la naturaleza proporciona, concluyó la funcionaria.
El decreto para la protección de flora y fauna de esta reserva, que se ubica entre los municipios de Manuel Benavides y Ojinaga, con una superficie de 277 mil 209 hectáreas, se emitió el día 7 de noviembre de 1994.
Al respecto, la secretaria de Desarrollo Urbano y Ecología, Cecilia Olague Caballero, indicó que la finalidad es cuidar y proteger el desierto chihuahuense, en donde se albergan especies de distintos tipos de vegetación como el matorral desértico micrófilo e inerme, pastizales, bosques de encino y encino-pino, vegetación riparia (de la ribera del río), entre otros.
Además, dijo, cuenta con diversidad de especies de flora y fauna silvestres, como son las cactáceas roca viva y pitaya en la Sierra Rica, que presentan condiciones micro-climáticas diferentes y por ende, características ecológicas únicas.
En el área existen asociaciones de matorrales de guamis, hojasén, mariola, cenizo y guayacán, mezclado a veces con elementos espinosos como el mezquite, los gatuños y el huizache.
En lo que respecta a su fauna, la habitan especies como el gato montés, el gavilán palomero, el gavilán pajarero, el halcón de la pradera, el castor, el búho enano y el venado.
La importancia de esta declaración como área natural protegida del Cañón de Santa Elena, reside en la oportunidad de poder preservar este tipo de ecosistema, y de evitar que sufra perturbaciones que pongan en peligro a algunas especies de flora y fauna, y que permita a los chihuahuenses continuar obteniendo los beneficios y recursos que la naturaleza proporciona, concluyó la funcionaria.