Lunes 02 Diciembre 2019
Niñas y niños que habitan en la colonia Soledad desarrollan habilidades y lazos en el Club de la Neta
El grupo está conformado de 35 a 45 niñas y niños entre los 3 y 14 años, que habitan en la zona y en lugares aledaños
El objetivo es trabajar distintos temas como emociones, valores, sentimientos, meditación, actividades psicoeducativas, psicosociales, recreativas y deportivas
La Secretaría de Desarrollo Social enfocada en crear espacios adecuados para la niñez, a través de la Dirección de Cohesión Social y Participación Ciudadana, designan a un grupo de facilitadoras comunitarias para crear y abrir espacios para su acompañamiento, impartición de dinámicas y talleres, y la correcta convivencia de niñas y niños, creando así el Club de la Neta en un tejaban de la colonia la Soledad.
Antes de comenzar a trabajar en una colonia y/o comunidad, el equipo de facilitadores lleva a cabo un proceso metodológico en el cual se realiza un recorrido para identificar líderes formales e informales, así como las necesidades que a primera vista se detectan como prioritarias de atender.
Durante el primer recorrido, realizado el primero de agosto del año en curso, se identificó al líder formal, quien mencionó el entusiasmo por parte de la comunidad infantil cuando se ofrecen actividades, pero la colonia no contaba con un espacio de recreación y esparcimiento.
Actualmente se trabaja en un tejaban, el cual no se encuentra en las condiciones óptimas, sin embargo lo han adoptado como un lugar seguro en donde pueden expresar su sentir. Es por ello que se ha logrado conformar un grupo de 35 a 45 niñas y niños entre los 3 y 14 años, que habitan en la zona y en lugares aledaños.
En un primer acercamiento, se contó con 5 asistentes, sin embargo se proporcionó información y objetivos logrando que en la sesión siguiente el grupo aumentara a 15 niñas y niños, los cuales por su cuenta realizaron limpieza del lugar para empezar con las actividades preparadas, mostrando así su interés de pertenecer a un espacio digno y seguro.
Las y los participantes crearon los lazos necesarios involucrando a algunas madres y padres de familia sobre las dinámicas, nombrando al grupo como Club de la Neta.
El objetivo general del club es crear tiempo de convivencia y aprovechamiento para ellas y ellos al trabajar distintos temas como emociones, valores, sentimientos, meditación, actividades psicoeducativas, psicosociales, recreativas y deportivas.
Se creó un grupo sólido y se rompieron viejas rivalidades, pues mostraban resistencia al trabajo en equipo y a involucrarse con niñas o niños que no conocían, pero esta resistencia se rompió en las primeras actividades deportivas y recreativas al resaltar valores y quitar vicios que se traen desde casa.
Poco a poco, el número aumentó a 37 asistentes, notando los cambios pues de ser un grupo desunido y apático, resistente a las instrucciones, pasaron a ser unidos, respetuosos, solidarios, comprometidos, justos y leales entre ellas y ellos.
Algunas madres y padres de familia se han ido acercando poco a poco, atraídos por la curiosidad al ver el interés y la constancia que muestran sus hijas e hijos por acudir cada jueves al “Club de la Neta”, y el entender de qué se trata y cómo les ayuda.
Todos los jueves el club termina con un refrigerio que llevan las facilitadoras, apoyadas por la dirección o por alguna institución, estimulando más unión en el grupo.
Antes de comenzar a trabajar en una colonia y/o comunidad, el equipo de facilitadores lleva a cabo un proceso metodológico en el cual se realiza un recorrido para identificar líderes formales e informales, así como las necesidades que a primera vista se detectan como prioritarias de atender.
Durante el primer recorrido, realizado el primero de agosto del año en curso, se identificó al líder formal, quien mencionó el entusiasmo por parte de la comunidad infantil cuando se ofrecen actividades, pero la colonia no contaba con un espacio de recreación y esparcimiento.
Actualmente se trabaja en un tejaban, el cual no se encuentra en las condiciones óptimas, sin embargo lo han adoptado como un lugar seguro en donde pueden expresar su sentir. Es por ello que se ha logrado conformar un grupo de 35 a 45 niñas y niños entre los 3 y 14 años, que habitan en la zona y en lugares aledaños.
En un primer acercamiento, se contó con 5 asistentes, sin embargo se proporcionó información y objetivos logrando que en la sesión siguiente el grupo aumentara a 15 niñas y niños, los cuales por su cuenta realizaron limpieza del lugar para empezar con las actividades preparadas, mostrando así su interés de pertenecer a un espacio digno y seguro.
Las y los participantes crearon los lazos necesarios involucrando a algunas madres y padres de familia sobre las dinámicas, nombrando al grupo como Club de la Neta.
El objetivo general del club es crear tiempo de convivencia y aprovechamiento para ellas y ellos al trabajar distintos temas como emociones, valores, sentimientos, meditación, actividades psicoeducativas, psicosociales, recreativas y deportivas.
Se creó un grupo sólido y se rompieron viejas rivalidades, pues mostraban resistencia al trabajo en equipo y a involucrarse con niñas o niños que no conocían, pero esta resistencia se rompió en las primeras actividades deportivas y recreativas al resaltar valores y quitar vicios que se traen desde casa.
Poco a poco, el número aumentó a 37 asistentes, notando los cambios pues de ser un grupo desunido y apático, resistente a las instrucciones, pasaron a ser unidos, respetuosos, solidarios, comprometidos, justos y leales entre ellas y ellos.
Algunas madres y padres de familia se han ido acercando poco a poco, atraídos por la curiosidad al ver el interés y la constancia que muestran sus hijas e hijos por acudir cada jueves al “Club de la Neta”, y el entender de qué se trata y cómo les ayuda.
Todos los jueves el club termina con un refrigerio que llevan las facilitadoras, apoyadas por la dirección o por alguna institución, estimulando más unión en el grupo.