El abastecimiento de agua para uso y consumo humano con calidad adecuada es un derecho humano y es fundamental para prevenir y evitar la transmisión de enfermedades.
En las normas oficiales mexicanas se establecen límites para las características microbiológicas, físicas, organolépticas, químicas y radiactivas en el agua, con el fin de prevenir o disminuir los riesgos sanitarios que puedan estar presentes en el vital líquido.
En particular, los riesgos a la salud por la presencia de bacterias, parásitos o virus en los sistemas de distribución de agua, son prevenibles mediante la desinfección adecuada que elimina la presencia organismos perjudiciales para la salud.
Las enfermedades gastrointestinales que se pueden transmitir por el consumo de agua con una desinfección inadecuada, se pueden extender hasta convertirse en epidemias, tal es el caso de la epidemia de cólera, o brotes epidemiológicos de enfermedades diarreicas, fiebre tifoidea, hepatitis A, entre otras.
Para prevenir el riesgo sanitario, esta Comisión realiza la vigilancia sistemática y constante de la calidad bacteriológica del agua, la cual consta del monitoreo de cloro residual libre y análisis bacteriológico del agua que se distribuye por los sistemas públicos de abastecimiento.
Actualmente se vigilan mensualmente 632 puntos fijos de monitoreo de la calidad del agua en 220 localidades de 59 municipios, además de contar con una vigilancia aleatoria en el resto de los municipios.
Al mes de marzo de 2017 se tiene una desinfección adecuada del agua en el 94.08% de los puntos, mientras que en el mismo mes del 2016 solo el 88.58% de los puntos se reportaron en buenas condiciones.
En aquellas comunidades en donde por diversos motivos técnicos, el agua no se encuentra debidamente desinfectada, se implementan las medidas correspondientes para gestionar la inmediata corrección que permita la distribución de agua de calidad bacteriológica, además de dotar a la población de alternativas para el tratamiento intradomiciliario del agua mediante plata coloidal y el fomento de buenas prácticas de manejo de agua e higiene.
En las normas oficiales mexicanas se establecen límites para las características microbiológicas, físicas, organolépticas, químicas y radiactivas en el agua, con el fin de prevenir o disminuir los riesgos sanitarios que puedan estar presentes en el vital líquido.
En particular, los riesgos a la salud por la presencia de bacterias, parásitos o virus en los sistemas de distribución de agua, son prevenibles mediante la desinfección adecuada que elimina la presencia organismos perjudiciales para la salud.
Las enfermedades gastrointestinales que se pueden transmitir por el consumo de agua con una desinfección inadecuada, se pueden extender hasta convertirse en epidemias, tal es el caso de la epidemia de cólera, o brotes epidemiológicos de enfermedades diarreicas, fiebre tifoidea, hepatitis A, entre otras.
Para prevenir el riesgo sanitario, esta Comisión realiza la vigilancia sistemática y constante de la calidad bacteriológica del agua, la cual consta del monitoreo de cloro residual libre y análisis bacteriológico del agua que se distribuye por los sistemas públicos de abastecimiento.
Actualmente se vigilan mensualmente 632 puntos fijos de monitoreo de la calidad del agua en 220 localidades de 59 municipios, además de contar con una vigilancia aleatoria en el resto de los municipios.
Al mes de marzo de 2017 se tiene una desinfección adecuada del agua en el 94.08% de los puntos, mientras que en el mismo mes del 2016 solo el 88.58% de los puntos se reportaron en buenas condiciones.
En aquellas comunidades en donde por diversos motivos técnicos, el agua no se encuentra debidamente desinfectada, se implementan las medidas correspondientes para gestionar la inmediata corrección que permita la distribución de agua de calidad bacteriológica, además de dotar a la población de alternativas para el tratamiento intradomiciliario del agua mediante plata coloidal y el fomento de buenas prácticas de manejo de agua e higiene.
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